Homenaje a los Octacampeones
Eduardo Galeano,
escritor de nuestra América, dice en su libro “Futbol a Sol y Sombra”, que el
balompié tiene mucho parecido con Dios, una de esas semejanzas es la devoción
que le practican sus seguidores. En nuestro pueblo, un hermoso lugar llamado
Las Vegas, aplica también esa máxima del literato uruguayo, gran amante del
deporte rey.
A través de este
humilde espacio, en esta oportunidad queremos rendir tributo al equipo de
futbol Veteranos de Las Vegas, quienes marcaron una época en los torneos de la
categoría que se disputaban en la región cojedeña en las décadas 80 y 90, período
caracterizado por los hombres de melena larga y bigotes pronunciados.
Este equipo conformado
por personajes que marcaron una época en nuestro municipio, se tituló campeón
en 8 campeonatos seguidos en el estado Cojedes, lo que los volvió una oncena
temible cada vez que saltaban al rectángulo de juego, por la calidad que
caracterizaba a cada una de sus líneas, especialmente a su delantera, liderada
por la “Dimensión” del gol, y acompañado por Nelio Mena y Luis “Licho” Díaz.
Este equipo era
dirigido técnicamente por el hoy desaparecido Lidaldo Hernández, gloria de nuestro
deporte, y quien en vida fuera un enamorado del deporte, destacándose en
diversas disciplinas, y quien fue clave para el desarrollo del futbol no solo
en Las Vegas sino también en todo el estado Cojedes y en Venezuela, no
olvidemos que Lidaldo fue uno de los baluartes en la creación de la Federación
Nacional de Futbol de Salón. Era él quien entrenaba y dictaba las pautas
técnico-tácticas de una oncena que deslumbraba a todo aquel que tuviera la
dicha de verla.
Su capitán era el
versátil Luis “Licho” Díaz, un varguense que Las Vegas acobijó como su hijo
desde muy chico. Docente de Educación Física, cantante, hombre alegre jocoso y
extrovertido. A pesar de ser uno de los más jóvenes del equipo, era el escogido
para portar la responsabilidad del brazalete de capitán, y de todo lo que de
ello se deriva, como lo es ordenar y liderar a la oncena tanto dentro como
fuera del terreno de juego.
Nelio, “Licho” y
“Dimensión”, comandaban el ataque del equipo, que era punto de referencia de
los equipos rivales, que sabían a quienes debían referenciar para evitar ser
batidos. Cual tres mosqueteros con su lema “uno para todos y todos para uno”,
se conjugaban de manera extraordinaria para crear un tridente matador, con un
“asesino” dentro del área que era “Dimensión”, y los dos pequeños (Nelio y
“Licho”) que iban por fuera y siempre respondían cuando el “9” no andaba fino,
cosa que muy poco pasaba. Puede que algún arquero de la época que este leyendo
estas líneas, dé fe de lo que aquí describimos, dado que ningún cancerbero
olvida nunca a un gran delantero.
Pero esta oncena de
leyenda, no solo se caracterizaba por marcarle 4 y 5 goles a sus rivales de
turno, sino que también tenía una defensa que nada debía envidiarle al equipo
de moda de la época, el Milán de Arrigo Sacchi. Liderada por uno de los de
mayor edad del equipo, Félix Gallardo, la retaguardia tenía garantías de sobra
que tranquilizaban a su arquero Carlos Sarmiento (QEPD), quien fue uno de los
mejores atajadores de toda la geografía cojedeña.
Gallardo, defensor central,
quien hacía dupla con Rogelio Marín (QEPD), cuando se ponía la camiseta se
transformaba en un verdadero gladiador dentro de la cancha. Como lema interno
en el engramado, popularizó la frase: “metan el pie que esto es de hombres”,
para arengar y motivar al equipo cuando tocaba defenderse. Iba a todas las
pelotas con fiereza y espíritu espartano, para evitar que el rival vulnerara el
arco defendido por Carlos Sarmiento.
Cada palabra, cada
consejo, y cada empuje que llevara a cabo Félix, era mensaje sagrado para los
integrantes del equipo, era algo así como el Javier Mascherano que motivaba al
equipo con su voz de mando y la moral para ir a cada jugada como si fuera la
vida en ella.
José Luis García, Jesús
Marín (Chuchin), Luis Rivas, “Sam” Alí Sánchez, Cesar “Sabañón” Román y el
cantante-coleador Carlos Sequera, también dejaron su huella imborrable en el
equipo que tantas alegrías le dio a nuestro pueblo. No olvidar también a los
que colaboraban con ellos, y que también jugaban, como era el caso de Juan
“Perico” España, quien era su “transportista” oficial.
Antes de cerrar con los
que ya no están entre nosotros, queremos darle las gracias a uno de los
integrantes del equipo, el profesor Nelio Mena, quien cariñosamente y con aires
de nostalgia relató sus recuerdos para que los plasmáramos en estas líneas.
Si en el cielo se juega
al balompié, seguramente allá estarán haciendo de las suyas Cleofe “Chicho”
Herrera, diciendo cada vez que mete un pase-gol: “así se pasa la pelota
animal”. Luis Rogelio Marín debe integrar alguna defensa central, Néstor “El
Gato” Sánchez estará luciendo su afro en los engramados, Carlos Sarmiento
evitando los goles de los delanteros rivales, y Lidaldo Hernández entrenando
alguna oncena y haciéndola ganar títulos.
Alguien dijo alguna
vez: “un pueblo que olvida su historia es un pueblo sin futuro”. Por suerte a
través de esta página tenemos la oportunidad de recordar a todos los personajes
que han marcado y siguen marcando una época en nuestro pueblo, para que nunca sean
olvidados.